El Maha Kumbh Mela es uno de los eventos espirituales más grandes y antiguos del mundo, una celebración que atrae a millones de personas de todas las partes del planeta. Tiene lugar en la India y se lleva a cabo cada 12 años en cuatro ciudades sagradas (Haridwar, Allahabad, Nashik y Ujjain), siendo una experiencia colectiva de fe, purificación y comunidad.
Tiene sus raíces en la mitología hindú, concretamente en la leyenda del Kumbh, un recipiente en el que los dioses y demonios lucharon por obtener el néctar de la inmortalidad; durante la lucha, algunas gotas del néctar cayeron en los ríos sagrados de la India: el Ganges, el Yanina, el Godavari y el Sarasvati. Se cree que estos puntos de caída son lugares de gran poder espiritual y es ahí donde se celebra el Kumbh Mela. Durante este festival, millones de devotos se reúnen para sumergirse en las aguas sagradas con la creencia de que esto les traerá purificación espiritual y la liberación de sus pecados. Aunque el Maia Kumbh Mela rota entre cuatro lugares sagrados, el evento más importante suele celebrarse en Prayagraj (anteriormente conocida como Allahabad), donde los ríos sagrados se encuentran.
Lo que hace único al Maha Kumbh Mela es su magnitud: se estima que en el año 2013, se reunieron alrededor de 120 millones de personas, siendo una de las concentraciones humanas más grandes del planeta. Durante el festival, las ciudades se transforman en una especie de "ciudad atemporal" donde enormes campamentos conocidos como akhadas se instalan a lo largo de las orillas del río y es donde los diferentes grupos espirituales llamados sadhus o ascetas se reúnen, practican sus rituales y enseñan sus conocimientos. Una de las características más fascinantes del Maia Kumbh Mela es la presencia de los Naga Babas, una orden de ascetas que renuncian a las posesiones materiales y se dedican a la vida de austeridad extrema. Son reconocidos por sus cuerpos cubiertos de ceniza y son figuras veneradas durante el festival; a menudo se les ve liderando el baño ritual en el río, siendo considerados los primeros en sumergirse en las aguas sagradas.
Más allá de lo religioso, es un símbolo de unidad y hermandad en un mundo cada vez más dividido, ofreciendo una oportunidad para que personas de todas las creencias y orígenes se reúnan en un espacio común de paz y respeto mutuo; a pesar de sus diferencias, todos los asistentes comparten el mismo propósito de buscar la purificación e iluminación espiritual. Si alguna vez tienes la oportunidad de ser parte de este evento, sin duda, experimentarás algo que cambiará su visión del mundo y de tu espiritualidad.